El niño con el pijama de rayas
Barcelona: Salamandra, 2007
Lo leí hace unas semanas, y casi de un tirón. Es un historia sencilla, un cuento lleno de ternura que relata la relación entre dos niños que traban una profunda amistad, pese a vivir en lados opuestos de la alambrada de un campo de concentración nazi. Habla de la inocencia y la falta de perjuicios de la infancia, que es incapaz de comprender como los adultos se empeñan en construir muros de odio e intolerancia donde nunca debieran existir.
El libro se lee fácilmente -tanto que parece dirigido a un público juvenil- y aunque la candidez del principal protagonista (Bruno: un niño de nueve años) es desmesurada para resultar creíble, y la historia tampoco pasará a engrosar la lista de grandes obras de la literatura, merece dedicarle un tiempo.
Esta óptica infantil del holocausto judío recuerda a la película La vida es bella de Roberto Benigni o al Diarío de Ana Frank (sublime), aunque obviamente se encuentran en un plano muy superior a esta narración. No tenía ninguna referencia del autor e imagino que por su juventud no tendrá escrito mucho más, pero el hecho es que ha sido un gran éxito en su tierra -Irlanda- traduciéndose a varios idiomas, e incluyéndose en la lista de obras de ficción más vendidas en otros países (España incluida).
Lo he traído a este espacio, porque a pesar de los peros y de las objeciones, se trata de una historia en la que te metes rápidamente, conmoviéndote con la ingenuidad y el candor de dos niños frente a la más cruda vileza.